El pasado domingo 9 de Noviembre, cuatro salamandras fuimos a hacer la Sima del Navazo Hondo, situada en el polje que le da nombre, en la localidad de Villaluenga del Rosario.

Tras tomarnos un café a las 8:30 en el bar... en el bar que todo espeleólogo se para tras venir de Republicano, Sima de Villaluenga y todo gran boquete de la zona para tomar una cervecita, nos fuimos al área recreativa La Covezuela y emprendimos el camino a Navazo Hondo.
Como todo buen Polje, Navazo Hondo tiene varios sumideros. Decidimos esta vez, visitar su cavidad principal.
La Sima de Navazo Hondo tiene dos accesos, uno inferior a través de una angosta gatera y otro superior, mas desahogado, que tomamos a la vuelta.
Enrique saliendo de la gatera de entrada
Diego se estrenó aquí, ya podéis imaginar cómo termino :)
Navazo Hondo es una cavidad bastante activa, por lo que la cantidad de espeleotemas que podemos encontrar es escasa en comparación a otras cavidades, lo vemos en sus pulidas paredes
Las tortugas Ninja
Aunque también nos deja ver algunas formaciones
Grande Carlos, que se levantó a las 4 de la mañana para venir desde Badajoz




Conforme vamos descendiendo, los numerosos aportes hacen que la cueva lleve mas agua, formándose en ocasiones verdaderas cascadas




Tras la mitad de los rápeles, llegamos a un bonito meandro que nos da un poco de tregua

Este guiado nos quita un poco el agua en el descenso de este pozo. El frío se empieza a notar, el agua de las últimas lluvias había afectado más a la cavidad de lo que previmos y aunque el caudal no es peligroso, no llevamos neopreno.
Enrique pensaba que sólo se moja uno en los barrancos... jiiiiii!!
Tras pasar la Sala María y ver sus formaciones, seguimos descendiendo la cavidad cada vez con más agua, pero los sucesivos rápeles hacen que nos animemos a seguir descendiendo.



Enrique mojándose en uno de los últimos Rápeles
A -130 metros de profundidad, nos encontramos esta preciosa salamandra, animal que da nombre a nuestro club.

Tras llegar al inicio de la galería Espeleoproyect con mucho frío y mucho caudal, decidimos darnos la vuelta. La subida se nos hace bastante pesada.

Ya casi a la salida, decidimos tomar la galería superior que nos libra dela gatera pero nos obliga a subir unos metros más.
Tras llegar al coche muertos de frío y hambrientos, volvemos al mismo bar (el de la cerveza) y pedimos una sopa de picadillo (o de higadillo) que estaba de muerte y que nos hace entrar en calor después de la aventura.

Gracias a los compañeros por el esfuerzo y las ganas de salir.
De izquierda a derecha: Carlos, Enrique, Diego y Sixto
En secoooo!!