Partimos hacia Güejar Sierra a las 12 de la mañana y entre una cosa y otra, hasta las 5 y media de la tarde no nos ponemos en marcha. El grupo estaba integrado por José, Manolo, Anselmo y Sixto.
Los atrevidos. De derecha a izquierda: Anselmo, José, Manolo y Sixto
Comenzamos tomando la Vereda de la Estrella. Mas de uno no era consciente de lo que le esperaba =)
Mina de la Probadora
A la izquierda, la Alcazaba y a la derecha al fondo, el Mulhacén.
Esta pequeña víbora no la cogimos con las manos por si acaso...
Rana buscando el primer vivac
Ya en Cueva secreta, comenzamos a cenar y nos relajamos... hubo hasta quien se trajo su pijama para sentirse como en casa
Nuestra cama. Faltaba la mula y el buey
Segundo día: La lluvia nos acompañó desde por la mañana hasta pasado el medio día. El Goretex dijo que él también tenía un límite.
En las chorreras de la mosca, el fortísimo desnivel junto con la ropa calada hacía nuestra progresión bastante penosa.
Hubo algunos campeones que derrocharon energía
Cuando llegamos al collado del Ciervo (3120 metros) dejó de llover, a cambio de una densa niebla que nos impedía ver con claridad y un fuerte viento helado. Tomamos la decisión de no hacer cumbre e irnos a descansar al refugio de la Caldera.
Bocadillos, frutos secos, Moscatel de pasas de Chipiona... ¡Todo un lujo!
A la mañana siguiente, nos disponemos a bajar
La niebla nos da un poco de tregua y nos permite ver la cima del Mulhacén.
La cara norte del Mulhacén desde el Collado del Ciervo
La Laguna de la Mosca
Bajando por las chorreras
El cansancio ya se notaba
Las rodillas ya no podían más. Bajando por Valdecasillas
Tras un descanso en este puente del Río Valdeinfierno, retornamos por la vereda de la Estrella hasta llegar al coche. No conseguimos hacer cumbre, pero vivimos una experiencia única, enfrentándonos a la montaña y disfrutando de sus paisajes y su naturaleza. ¡Volveremos para hacer cumbre con mejores condiciones climatológicas!
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